2015/Marzo
29/Movilización 9 de Abril/Valle del Cauca
“si esta manifestación sucede, es porque hay algo
grave, y no por triviales razones…para evitar que la sangre siga derramándose”.
Jorge Eliecer Gaitán
Les convocamos a sumar sus pasos en
la marcha 9 del abril
Hubo alguna vez, queridos amigos, amigas, compañeros y compañeras, un hecho
que removió las entrañas del pueblo colombiano. Si bien le llamaron el Bogotazo
por sucederse en la capital del país, sus repercusiones se hicieron sentir en
las diferentes latitudes de nuestro territorio. El significado de tal hecho ha
trascendido en la historia, relacionándose
con las luchas populares, con los conflictos sociales, con la violencia
en que desde tiempo atrás estamos inmersos y en consecuencia con los anhelos de
paz, justicia, equidad y bienestar, a la que aspira el pueblo colombiano. Fue
en 1948, el asesinato del líder y caudillo popular Jorge Eliecer Gaitán, cuyo
autor intelectual se ha pretendido ocultar en los ribetes de la historia. No
obstante, no es difícil deducir la autoría de este magnicidio y así lo han
planteado diversos historiadores y documentalistas que han indagado el
acontecimiento. Las oligarquías de aquel entonces –las mismas de hoy- han mostrado saña y sevicia contra los
luchadores populares y contra quienes se atreva a disentir, emplazar o
enfrentar a las elites que nos gobiernan.
Ello fue precisamente lo que hizo el
líder y caudillo popular con fuerza y convicción. “Ellos quieren tener un país paria e imbécil, que trabaje para sus
intereses… Sus intereses que se giran estratégicamente unas veces con sello
rojo y otras con sello azul, pero siempre en las casillas de los bancos para
los giros y los descuentos” y así también lo denota una de sus consignas
más aireadas: “Pueblo por la derrota de
la oligarquía ¡a la carga!
pueblo por vuestra victoria!”
La revuelta popular que se desata
tras su asesinato fue brutalmente aplastada por el gobierno de entonces,
heridos, muertos, encarcelados, nada diferente de lo que ha venido ocurriendo
hasta el día de hoy en que la represión es la forma cómo responden a la
inconformidad, indignación y justos reclamos del pueblo. Tanto la marcha de la
paz en silencio que el caudillo antes de su muerte invocó, con su sentida
oración por la paz, en que clama al entonces presidente Ospina Pérez, “¡Os pedimos hechos de paz y de
civilización!”, como sus diferentes discursos, se relacionan con la
violencia contra el pueblo, con la defensa de sus derechos, con la injusticia,
la inequidad y el oprobio a que nos ha sometido las elites de este país. Lo que
planteara el caudillo popular en ese otrora, sigue siendo hoy razón y causa del
largo conflicto político, social y armado que padecemos los colombianos, se
trata de una oligarquía que se ha perpetuado en el poder generando todo tipo de
políticas y acciones que quebrantan hasta la saciedad la paz por la que bogamos
y aspiramos.
Lo palpamos y sentimos hoy en el gobierno de Santos, que no obstante
hablar de paz, desata toda represión sobre los sectores populares cuando se
manifiestan en razón de sus justas causas y legítimos derechos; no obstante
hable de paz, se niega a atender las demandas del campesinado, los indígenas,
trabajadores y demás sectores populares; no obstante hable de paz, pretende
implementar un nocivo Plan de Desarrollo ajustado a los dictámenes de una
organización internacional como lo es la OCDE y no a lo que dicta el pueblo,
significando más pobreza y miseria en campos y ciudades, no obstante hable de
paz, impulsa las crueles políticas extractivitas
(minero-energético)
que entregan los recursos a las empresas multinacionales, no obstante hable de
paz, en su gobierno no han cesado los asesinatos, torturas, detenciones
arbitrarias, amenazas, prisioneros políticos,
exiliados, desplazados, desaparecidos. Una paz en contravía de los anhelos, esperanzas y aspiraciones populares, no es la paz por la
que abogamos.
El contexto de hoy, signado por los Diálogos
de Paz entre el gobierno Santos y las
FARC-EP a los que se espera incluya negociaciones con el ELN y el EPL es un
marco propicio para unir nuestras voces y sumarse a este clamor. Implica ello, el
cese bilateral del fuego y la posibilidad de construir espacios para la
participación de todos y todas en los destinos del país. La paz emanará cuando las causas de fondo de la violencia estructural en
Colombia se erradiquen.
Hoy despertando al año 2015, esta
fecha, se convierte en un hito que retomamos. Es así como el próximo 9 de abril
más de 20.000 hombres y mujeres del suroccidente colombiano, llegaran desde
distintos lugares a los sitios de encuentro en Cali. Una marcha que abarca e
incluye diversas dimensiones implícitas en la paz por la que abogamos. Les
convocamos a sumar sus voces, a que todos unidos participemos sin vacilación:
el momento es ahora, construyamos en conjunto y sobre la base de lo que nos
une, ese sol de esperanza para que la paz en nuestra Colombia sea posible.
Comisión de comunicaciones Marcha 9
de abril suroccidente
Frente Amplio por la Paz, Cumbre
Agraria, Campesina, Étnica y Popular y Clamor Social Por La Paz
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